All Elite Wrestling ha sorprendido al mundo al anunciar que su emblemático evento All Out dejará por primera vez el territorio estadounidense. Desde su debut en 2019, este pay-per-view ha sido una piedra angular del calendario de la empresa, convirtiéndose en el escenario de grandes momentos, rivalidades históricas y cambios de campeonato que definieron la identidad de AEW. El cambio de sede no solo representa una evolución natural, sino también una declaración de ambición por parte de la compañía que no ha dejado de crecer desde su fundación.

Tradicionalmente vinculado al área de Chicago, All Out ha sido sinónimo de pasión, fidelidad y conexión con el público. La decisión de moverlo a otra nación abre la puerta a una experiencia completamente distinta, tanto para los luchadores como para los aficionados. Con esta apuesta, AEW deja claro que está dispuesta a reinventar sus tradiciones para continuar conquistando mercados, consolidando su presencia global y estrechando vínculos con nuevas audiencias que han seguido de cerca la evolución de su producto.

Este giro forma parte de una estrategia más amplia que AEW ha venido construyendo con paso firme. La empresa ya ha dado señales claras de internacionalización con eventos como All In, celebrado en estadios de gran capacidad, y múltiples funciones especiales fuera de los Estados Unidos. Con ello, busca no solo ofrecer un espectáculo visualmente impactante, sino también reforzar su estatus como una marca global capaz de competir de tú a tú con los gigantes históricos de la industria.

La expectativa ya se siente en el ambiente. Se espera que la venta de entradas sea todo un éxito, y que el cartel de All Out 2025 esté repleto de enfrentamientos de alto calibre. Todo apunta a que este será uno de los capítulos más importantes en la historia de AEW, uno que podría redefinir el alcance y la proyección de la empresa en el escenario internacional de la lucha libre profesional.

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