
El Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) emitió esta mañana un comunicado oficial para zanjar la controversia sobre la titularidad de “Ke Monito”, el popular personaje interpretado por Jesús Juárez Rosales, y reafirmó su derecho legal sobre la marca y la creación.
En el documento, fechado en sus oficinas de la Colonia Doctores, el CMLL subraya que “Ke Monito ha formado parte del catálogo del CMLL desde su creación, por lo que no existe ninguna disputa respecto de su propiedad; las marcas, obras y reserva de derechos son propiedad del CMLL”. Asimismo, señala que, pese a las diversas propuestas de conciliación ofrecidas al Sr. Juárez Rosales, “hasta ahora ha rechazado todas las iniciativas del Consejo para lograr un acuerdo”.
“El CMLL reitera su compromiso de asegurar condiciones dignas para todos los que forman parte de nuestra gran familia”, afirma el comunicado, y agradece “el respaldo y comprensión de la afición” durante este proceso.
El documento detalla además que, como política empresarial, el CMLL diseña, registra e impulsa las marcas, nombres, características e imagen de todos los talentos que programa en sus funciones. De esta manera, concluye el Consejo, “Ke Monito seguirá formando parte de nuestra narrativa, siempre bajo los valores de respeto, inclusión y legalidad que nos han distinguido por 92 años”.
Contexto y repercusiones
“Ke Monito” debutó en el CMLL hace varias décadas y se consolidó como un elemento entrañable para las familias que asisten a la Arena México. La reciente disputa legal entre el luchador y la empresa puso en jaque la continuidad del personaje en el ring, ante el riesgo de que el intérprete reclamara derechos de autor o registro de marca.
Con este pronunciamiento, el CMLL refuerza su estrategia de protección de la propiedad intelectual, al tiempo que envía un mensaje claro a otros talentos: la titularidad de un personaje creado para la empresa corresponde al propio Consejo. Para el público, la figura de “Ke Monito” permanece asegurada en el calendario de próximas funciones, sin cambios en su gestión ni en su presencia escénica.




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